Mi madre me dijo una vez: "Álvaro, si algún dia necesitas un hombro en el que llorar, dímelo, siempre estaré ahí para hacerlo". Lástima que sea verdad. Lástima que tenga que llegar al punto de llorar hasta encima de ella.
No quiero darte lástima, solo mostrarte lo que has causado. Eres una droga pero, como todo drogadicto, puedo evadirme de ella.
Sinceramente, estoy decepcionado.
Voy a cambiar. Para bien. Espero que cuando el cambio haya terminado, seas tú quien lo pase como yo.